
Te doy mis ojos, anda, llévatelos, arráncalos de mis rostro,
haz con ellos lo que quieras, sólo me estorban.
La realidad es tan vaga, tan imprecisa que da igual tenerlos,
tú los necesitas más, quizá sólo para destrozarlos
mientras ríes a carcajadas.
Eres tan efímero como las lluvias de mayo en el pueblo,
tus ojos se van apagando, así que te doy los míos,
tómalos y nos vemos en la luna como soñamos.
2 comentarios:
Me encanta! Pero no andes regalando tus ojos asi belleza que ese tipo de ciego es ciego porque no quiere ver... Muah!
Me gusta mucho tu poema, gracias Veeniza por compartirlo con todos y a mi querida Aurora, oyeeee tú eres terrible. Abi
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