Hace varios meses atrás tomé una clase de “Bienestar y Calidad de Vida” en la universidad. Me
dije a que era otra clase más sin sentido para robarnos el dinero de
la beca. Y realmente, me resultaba
innecesario e incomodo tomar la misma. Adicional a eso, llevaba mucho
tiempo mintiéndome a mí misma, diciendo “no soy muy amigable, aunque si puedo ser
simpática”, y ya lo había internalizado. Por suerte, me di cuenta que puedo ser
amigable, por lo tanto, es algo con lo que estoy rompiendo y realmente me va
muy bien. ¡La clase me encantó! Hice un buen amigo con quien me divierto, y
gracias a él, he conocido a sus amistades y ahora somos un grupo de jangueo. Además, hay otros a quienes me encuentro por
los pasillos y siempre nos detenemos a tener al menos un intercambio de palabras.
En esa clase nos dieron una “Rueda del Bienestar”. El ejercicio consistía en responder unas
preguntas otorgándole números, así como
las evaluaciones, luego, sumar la puntuación de cada área. Al final, se ponía
un punto en el número que daba la suma de cada área, y tirar una línea, uniendo
todos los puntos, creando un círculo, idealmente, “perfecto”.
No se cuán
cierto o efectivo sea esto, mucho menos si esta probado o considerado por los psicólogos.
Pero tengo que reconocer que mi círculo no era redondo, ¡parecía
una estrella! Las áreas de mi vida no estaban balanceadas entre sí, y aún no lo
están. Esta bendita rueda, me dañó el resto de la semana. Me puso a pensar en
cosas a las que no le había prestado atención. Mi relación con mis familiares, mis
viejas amistades, mis finanzas. Desde ese momento tomé conciencia sobre otras áreas
de mi vida a las cuales nunca le había prestado atención, o al menos, no mucha.
“Tengo que balancearme” me dije. De ahí salió mi iniciativa en ponerme en
contacto con viejas amistades. Hacer llamadas incómodas a mis familiares, pero
necesarias. Hacer las visitas que durante
mucho tiempo había pospuesto. Sentarme con todos mis recibos y hacer un bendito
presupuesto. Organizarme de una vez y por todas. Decir más sí que no.
Por unas semanas
me funcionó, pero al prestarle más atención a esas areas, descuide las otras. Mi
salud y mi lado espiritual. La realidad es que cubrir todas las áreas de tu
vida, no resulta tarea fácil. Me sentí obligada a crear ese balance, pero la
realidad es que lo ideal, pocas veces es real. Hay situaciones inesperadas que
no esperan y hay que trabajar con ellas. A veces tenemos planes, pero no
siempre salen . Así que me di el permiso de cubrir todas las
áreas en la medida que pueda. Lo importante es que tengo la conciencia sobre
esto.
Aquí les dejo una de las versiones. Siempre es bueno hacer
una revisión
¿Y TUS ÁREAS COMO ESTÁN?
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